Arquitectura sustentable



El concepto de sustentabilidad ha sido definido a lo largo de una serie de importantes congresos mundiales y engloba no sólo la construcción, sino toda la actividad humana.

Según el diccionario de la Real Academia Española, sustentable significa “que se puede sustentar o defender con razones”. En nuestro contexto el término sustentable es mucho más complejo pero empecemos por decir que se encuentra extremamente ligado al concepto de desarrollo sustentable.

La definición formulada por la Comisión Mundial de Ambiente y Desarrollo (World Comisión on Enviroment and Development) dice ser “el desarrollo que satisface las necesidades del presente, sin comprometer la capacidad para que las futuras generaciones puedan satisfacer sus propias necesidades.”



A su vez, la sustentabilidad está definida por tres pilares que se retroalimentan: el social, el económico y el ambiental. Cada uno de estos pilares debe estar en igualdad de condiciones, fomentando un modelo de crecimiento sin exclusión (social), equitativo (económico) y que resguarde los recursos naturales (ambiental). Entonces, el desarrollo sustentable debe contemplar una superación de la idea de desarrollo entendido como crecimiento económico desmedido; debe tener en cuenta la incorporación de nuevas variables y dimensiones a la idea de desarrollo.



En esta dirección apunta el modelo de arquitectura sustentable que pretendemos incorporar, teniendo en cuenta los siguientes puntos:
   Utilización de los recursos ambientales de manera sostenible, planificando acciones a largo plazo.
   Atención preferentemente a las necesidades del conjunto de la población, incluyendo las generaciones futuras.
   Utilización creativa de la variedad natural y la variedad cultural. A nivel de los objetivos sociales, de los bienes con que satisfacerlos y de las técnicas con que producirlos.
   Ubicación prioritaria de la problemática del consumo y de las tecnologías como áreas vitales de decisión.
   Enfatizar lo regional, lo local, la diversidad, la adaptabilidad, la complementariedad, como valores opuestos a la centralización y homogeneización que puja este mundo globalizado (no siempre “lo de allá, sirve acá”)

Para el arquitecto, el concepto de sustentabilidad también es complejo. Gran parte del diseño sustentable está relacionado con el ahorro energético, mediante el uso de técnicas como por ejemplo el análisis del ciclo de vida aplicado a productos y procesos productivos, con el objetivo de mantener el equilibrio entre el capital inicial invertido y el valor de los activos fijos a largo plazo.



Proyectar de forma sustentable también significa crear espacios que sean saludables, viables económicamente y sensibles a las necesidades sociales. Por sí solo, un diseño responsable desde el punto de vista energético es de escaso valor.


Principios de la construcción sustentable

A medida que aumenta la prosperidad, deseamos más cosas y se incrementa el consumo. Ello conlleva un mayor empleo de recursos naturales, y la consecuente generación de residuos y, finalmente, la producción de CO2.

Los edificios, fundamentales para la vida y el consumo, podrían reducir los efectos ecológicos adversos a través de un mejor diseño. La gran ironía, sin embargo, es que las naciones más avanzadas del mundo son también las que más contaminan.



La industrialización siembra las semillas de su propia destrucción, ya que genera altos niveles de emisiones de carbono que conducen directamente al calentamiento global. 

La arquitectura por sí sola no puede resolver los problemas ambientales del mundo, pero puede contribuir significativamente a la creación de un hábitat humano más sostenible.

En el mundo, la industria de la construcción es responsable del:
40% de las emisiones de CO2
60% del consumo de materias primas
50% del consumo de agua
35% de los residuos generados
  

Podemos decir entonces que la convierte en la actividad menos sostenible del planeta. A su vez debemos agregar que dependemos en un 90.2% de los recursos fósiles (según MECON, 2005), que ya prácticamente agotamos. Es evidente que algo debe cambiar, y los ingenieros, arquitectos, diseñadores, técnicos y especialistas que trabajan en el sector, tienen un importante papel que desempeñar en ese cambio.



La construcción sustentable, implica dar un giro a los sistemas convencionales que venimos utilizando. Para ello es indispensable la innovación tecnológica, el desarrollo técnico científico, la creatividad y los cambios culturales. Construcción sustentable no es volver al pasado, sino que implica producir con calidad. Agregar a nuestros proyectos estudios más profundos, analizar la obra desde todos los puntos de vista: social, económico y ambiental para superar el desmedido crecimiento insostenible.

A continuación se encuentran detallados algunos puntos aplicables a cualquier sistema constructivo teniendo en cuenta los pilares de la sustentabilidad:


Ambiental

   Respetar la implantación del entorno, considerar todos los componentes: el agua, la tierra, la flora, la fauna, el paisaje, lo social, lo cultural.

   Tener conocimiento del clima donde se asienta el proyecto, principal referente de los asentamientos humanos, del recorrido del sol (trayectoria e intensidad), del viento, de la latitud y la temperatura. Tener en cuenta todos estos factores a la hora del emplazamiento del proyecto.

   Utilizar materiales que puedan ser fácilmente reciclados o reutilizados, que no contengan productos peligrosos o contaminantes y que favorezcan el ahorro de materias primas y energía.

   Prever la utilización de materiales reciclados o reutilizados (por ejemplo: introducir áridos u otros materiales reciclados en hormigones que lo permitan).

   Diseñar con austeridad y simplicidad, hacer más con menos, de esta forma se utilizan menos recursos naturales.

   Optar por materiales locales, esto evitará la producción de CO2 generada por el trasporte y generará producción y mano de obra local.

   Preferir materiales y tecnologías que tengan la menor cantidad de CO2 en el entero ciclo de vida, considerando las diferentes etapas: extracción de materias primas, trasporte, procesos productivos, uso, reutilización, reciclaje y disposición final.

   Proyectar con energías renovables, preservar los recursos no renovables y la biodiversidad.

   Proyectar circuitos cerrados de aguas y residuos, con el objetivo ser lo más eficientes posibles internamente y de generar la menor cantidad de emisiones al entorno.

   Optar por proveedores que tengan certificaciones ambientales en sus materiales, ya sea nacionales o internacionales.

   Evitar en todos los procesos constructivos la generación masiva de residuos, sean éstos: sólidos, líquidos o gaseosos; con la obligación añadida de gestionar adecuadamente los residuos generados.


Social

   Preferir materiales locales, para favorecer el desarrollo de la industria local.

   Contemplar programas de higiene y seguridad en la obra y en cualquier ambiente laboral.

   Formar a los operarios en el uso, limpieza y manutención de las herramientas y los elementos de trabajo, para garantizar una mayor durabilidad y seguridad.

   Instruir al personal con cursos de formación sobre la política ambiental de la empresa.

   Seleccionar cuidadosamente los químicos utilizados en la limpieza y/o los impermeabilizantes para evitar enfermedades respiratorias.

   Evitar y prevenir los compuestos orgánicos volátiles.

   Promover la reutilización y el reciclaje de materiales en la obra y las oficinas, premiando a los empleados por su esfuerzo (creatividad).

   Cumplir con las normas impositivas, éstas indirectamente benefician a los sectores sociales más necesitados.

   Garantizar un seguro laboral.

 Ofrecer a los usuarios un manual, con las buenas costumbres ambientalmente recomendables, para reducir el impacto ambiental con el modo de vida. No olvidar que los edificios se construyen para las personas, para ser habitados. Debemos desterrar la idea de que el futuro usuario no es más que una molestia en el engranaje de la industria de la construcción, y apostar por fomentar su participación en todo su ciclo de vida.


Económico

   Reutilizar y/o reciclar materiales, en la misma obra o para otras construcciones.

   Rediseñar los sistemas constructivos pensando en la mayor eficiencia de los materiales y tecnologías, modularlos para que en la puesta en obra tengan la menor cantidad de desperdicios.

   Optar por la utilización de sistemas prefabricados, la producción en serie apunta a una mayor eficiencia, menos desperdicios, ahorro energético, optimizan los gastos de producción y posibilita futuras reutilizaciones en la fase de demolición del edificio, etc.

   Elegir materiales durables, con mantenimiento escaso o nulo.

   Proyectar las instalaciones fácilmente accesibles y registrables, esto permitirá optimizar las labores de mantenimiento, reparación y desmontaje selectivo, posibilitando incluso la recuperación de conductos, líneas, mecanismos y aparatos, etc., para su ulterior reutilización o reciclado.

   Promover la colocación de materiales “en seco”, para que en caso de roturas facilite el acceso y en caso de demolición, la fácil separación permitirá una posible reutilización o reciclaje del material.

   Lograr eficiencia energética con la elección y combinación de materiales, empleando equipos que consuman menor cantidad de energía ofreciendo el mismo servicio. Realizar previamente modelos de simulación para llegar a la solución más adecuada.

   Proyectar con tecnologías renovables, requerirá una inversión inicial mayor que luego se amortigua en el tiempo (ciclo de vida).

   Racionalizar la construcción, diseñar el proyecto de manera que no queden superficies “muertas”, sin utilizar, ya que generan gastos inútiles de todo tipo, además de no contribuir a la eficiencia energética.

   Tener en cuenta en el diseño los parámetros de la arquitectura bioclimática, a través de estrategias adecuadas, consigue un ahorro sustancial en el consumo energético.

   Minimizar la demanda energética a través de las denominadas estrategias pasivas, diseño, orientación, uso de aislantes, etc.

   Generar una cadena de proveedores, receptores y productores que se ocupen de los residuos de construcción y demolición.

   Lograr obtener una Certificación Ambiental, herramienta que permitirá posicionarse en el mercado internacional con un producto de calidad.


Después de un recorrido por los aspectos más generales de los conceptos que conforman la arquitectura sustentable, debemos materializar estas ideas en modos y maneras de construir que logren conferir a nuestros edificios estabilidad, confort y durabilidad. Bien es cierto que algunas son cuestiones inherentes a la construcción en sí, pero será preciso alterar esos modos y maneras, adecuándolos a parámetros nuevos. No es tarea fácil, debido a la gran inercia que muestra el sector de la construcción para establecer nuevas directrices.


Es fundamental la innovación y la creatividad, un desafío para los arquitectos y constructores que quieran verdaderamente cambiar los tradicionales hábitos constructivos, que como ya hemos visto no nos están llevando por buen camino. También es de suma importancia que los consumidores promuevan la utilización de esta nueva manera de construir, porque a medida que el mercado lo demande surgirá directamente la oferta.

Comentarios

  1. La vidad sustentable no solo debe ser cuestión de grandes cosas como la construcción de una casa sino que todos los días debemos tener presente la idea en mente de cuidar el medioambiente. Por ejemplo, si tengo que comprar accesorios para el hogar y similares lo hago en bydydy.com porque solo venden productos ecológicos

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